4/22/2011

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Es lo que pasa cuando todo se hace deprisa. Cuando no se siente hacia dónde va el viento y se sigue un capricho. Se regalan anillos como un símbolo más que por una función real. Se organizan vidas que nunca quisiste y te tratan como una diosa egipcia; te dan todo y más de lo que necesitas siguiendo caprichos agusto. Pero es lo que pasa cuando todo va aprisa, cuando no se mira más allá de unos ojos y se cree que en alguien empieza y acaba el universo. 

Error. Fatalidad. Decepción. Mentiras. Ese es el desenlace de toda tragedia, una muerte repleta de mentiras.

Nada podía ser, lo sabía y dejé que todo continuara. Todo iba a parar en un compromiso que no estaba dispuesta a asumir y que no me interesa asumir. Las mentiras fueron mías, la malvada de esta historia fui yo y lo siento. Esa palabra no significa nada lo sé, pero es importante para mí decirla. No debí jugar como siempre esta parte de mi vida, no debí asentir la cabeza con tanta ligereza sin pensar lo que eso podía significarte. 

El castigo llegó: perder tan especial ser de mi lado. Solo quiero una bonita vida para ti.

1 comentario:

Daniel Guarín O. dijo...

cada vez me adentro mas en vos.