En sueños borrosos nos encontramos el extraño y yo dejando claras cosas que con fantasmas obstinados no pudimos estar de acuerdo. Pero yo soy más obstinada que los fantasmas. Cada noche de insoportable insomnio y presión en el pecho, los deseo vueltos imágenes ahogan mi memoria y suplican un juego que haga la noche más afable y pasajera.
Más que una adicción o un simple capricho es una sensación que invade todo y no deja nada, como un ladrón de vida, como un vacío dulce al amanecer; porque el alba rompe el hechizo pero no las sensaciones, ella vuela entre recuerdos pero no aquellos que el cuerpo olvida, no con facilidad.
En sueños borrosos aparece el extraño luchando con el fantasma que muere en mi adicción mientras disfruto con él juegos peligrosos provocados por sus ojos y boca.
Eres el extraño de los sueños borrosos, el que parece un sueño pero es más real que el fantasma de mis pesadillas. Sutil detalle.
F.