12/31/2010

CHAO CHAO 2010

Este año podría decirse en pocas palabras que estuvo lleno de altibajos, una montaña rusa de 365 días imparable, intermitente, irreparable y de un saborcito ambiguo, agridulce podría ser. De todo pasó. A mí me gusta recapitular, se me hace fascinante y me ayuda a no perder la noción de lo que haciendo; entonces ¿por qué no recapitular el último día? Eso sería lógico dentro de la lógica de las recapitulaciones, aunque cada tanto es bueno hacerlo.

En este año sucedieron cosas: personas que se fueron a ver paisajes lejanos y que extrañamos irreparablemente; adorados seres que prefirieron dejarnos solos luchando en este despelotado mundo para dormir sin límite alguno; algunos que tenemos cerca pero que sentimos en el otro extremo del globo terráqueo y que sin duda, preferiríamos se quedaran allá; nuevos rostros que relucen de alegría corazones románticos y soñadores; remordimientos perdonados con un poco de paciencia y sensatez divina; romances que dolieron largas horas pero que al final sabíamos era mejor dejarlos a un lado para ser realmente felices; sueños, ilusiones, historias, cuentos, películas, amigos, recuerdos, risas, caricias, abrazos, rica comida y muchos besos. Miles de cosas sucedieron incluso en una misma noche, por eso de la fugacidad de los instantes y la fragilidad de las emociones humanas. Cosa maravillosa.

Fue un buen año repleto de aprendizajes, de crecimiento personal y disfrute constante. Nunca faltaron los extremos, las locuras, los disparates, las tonterías y creo, eso fue lo más rico de todo. Agradezco los desagradables momentos tanto o más que los “bonitos”, de ellos aprendí, forme, re-forme, adecué, etc. Mi carácter y entorno, con cosas que pasaban y no tenía muy presente ni valoraba mucho en mi cabeza.

Pero algo es claro, no quiero más, ¡CHAO CHAO 2010! Año de angustias sabias pero ya suficientes para mí. De todo me quedo con lo aprendido, con las sonrisas y las personas que me hacen mejor persona. Con aquellos que me hacen crecer como lo que soy, con lo que tengo, con lo que hay sin pedir ni esperar nada, porque no lo hay. Con este CHAO se quedan las lágrimas, la amargura, las penurias innecesarias por factores alternos y una ceguera que no aportó más que dolor. Bienvenidas sean esas palabras que ayudaron a que todo resultara objetivo y así pudiera salir del abismo más rápido de lo que pude caer. Vivan y sigan junto a mí todos los que comparten y disfrutan como yo reír como dementes desquiciados por cosas tan pequeñas pero que nos hacen inmensamente ricos, a todos los llevaré en esta alborotada cabeza.

Por todo debo agradecer, por todo aprendí. Para el 2011 tengo muchas metas por cumplir, sueños que alcanzar, besos que dar y un amor por entregar.


PD: Sobre mucho dejé de escribir pero eso no dice que no lo pueda hacer, tengo otros 365 días para llenar de letras este pequeño rincón de desahogo.


¡BUENA ENERGÍA!

F.